Mayo, mes de limpia de acequias o canales de riego y reservorios,
mes de las Cruces y otras costumbres vinculados con el agua. El 26 de mayo ultimo
hubo limpia y trabajo de mejoras
para colocar tuberías, asimismo, el espacio
físico para la ceremonia central del manantial CHORRIO GRANDE que comprende 3 ojos de agua:
“Estanque Viejo”, “Piedra Pollo” y “Lachito”,
a un kilómetro y medio al nor oeste de Huancata.
27 de mayo, día central, es lunes, 6 de la mañana con Luna llena que visto desde Huancata esta en lo
alto de Chancuya y los cerros en la cuenca alta del Mala se ven oscuras en
contraste con cielo iluminado de otro amanecer. 8 am se anuncia la actividad con
cuetes, flauta y caja. 11 am después del almuerzo se
debe partir desde la plaza principal hacia CHORRIO GRANDE vía camino de
herradura. El trayecto es subida, calle San Martin poco empedrado; se lleva la
Cruz, acompañan al Presidente, regantes, integrantes de la Orquesta “Melodías de Mi Tierra”, Huarochirí y
visitantes. Va terminando la calle y ya estamos en “Lecheca”, camino antiguo
hacia Lima, aparecen cortado arbustos que hace pocos días 30 personas
trasladaron un tanque con capacidad de 25 mil litros para el servicio de agua
potable. Más arriba se percibe cómo un “huayco” generado por trabajos en la
variante Macachaya-Pacomanta ha causado daños y perjuicios en pastos y parcelas de pequeños agricultores.
12.45 del día, ya en CHORRIO GRANDE los regantes se van ubicando y se
pasa lista, se saluda a la Cruz con una
venia sacándose el sombrero, algunos mayores llevan alforja y algunas damas visten sayal. 1.30 de la tarde se
apertura la ceremonia con palabras del
Presidente, el auxiliar pasa una pequeña Cruz, se guarda un minuto de silencio
por los socios fallecidos. Se entrega en
mesa flores, urcas y chicha de jora para distribuir a los asistentes; se arma una urca para los 3
ojos de agua y se designa una Comisión de 3 personas para cumplir con el acto ritual:
dialogar en los 3 manantiales y recabar sus
mensajes, sugerencias o castigo para alguien. Integran la Comisión: para “Estanque
Viejo”, Rubén Macazana, “Piedra Pollo”, Eduardo Parco y “Lachito”,
Angelino Macazana; ellos están motivados para el diálogo y captar el mensaje, llevan consigo flores y urca en una Guayaca
para cada manantial al son de la flauta y caja. En todo este escenario se
brinda con chicha de jora, licor y una ligera “armada” con la milenaria coca
para interpretar los mensajes del manantial, el clima, las nubes, el atardecer,
las plantas, el sonido del agua, el cantar de las aves, es decir, el medio
ambiente alrededor de los ojos de agua; la alegría o nostalgia de la gente, sus
diálogos sobre lluvias, sequias, siembra y cosecha.
2.30 pm. regresa la Comisión,
traen diversas hierbas y agua en botella de cada manantial, luego exponen el
mensaje recibido, por ejemplo, Estanque Viejo encargó: debe haber unión de los regantes, mantenimiento continuo del canal, que
están contentos por conservar las costumbres y al entregarles la urca les dieron a cambio guariruma, shimuña, matico, ortiga y otras hierbas. Otro mensaje: no mezquinar el agua, que están contentos con la orquesta, encargan avisar que el agua que brota es medicinal
a ciertas enfermedades y por ahora no hay castigos. Escuchado el mensaje se
revientan cuetes, hay dianas, vivas, brindis, baile con música andina y la
gente está alegre siendo 3.45 de la tarde cuando el Sol se va perdiendo por las
alturas de la mágica Chancuya.
Luego el Presidente llama a la nueva Junta Directiva 2013-2014
que preside don Galecio Huaringa, toma el juramento el Juez de Paz y cada
integrante interviene para informar, sugerir o denunciar. Hay inventario de los
bienes, incluido 3 Guayacas donado por doña Zoila Macazana. Se alista el
regreso, se viste de flores los
sombreros, reconfortados de haber cumplido con el culto al agua, se suceden gritos
de regantes que se escucha en el pueblo, señal de regreso para la Shactada. Hay
alegría en la plaza, luego en casa del ex Presidente y en la Piaña
donde se queda la Cruz. Por la
noche se une la gente beneficiaria del manantial para la Gran Shactada, un compartir de viandas
con todos. Este es el breve relato de una
costumbre ancestral donde lo medular es
el diálogo del hombre con la naturaleza y lo conserva un pueblo, pero con ciertas
variantes propias de la modernidad.