Una forma de conmemorar vuestra
independencia puede constituir un espejo donde vernos reflejados. El 2 de junio
de 1821, en la hacienda Punchauca, entrevista de San Martín con La Serna, el
primero propuso “el establecimiento de
una monarquía constitucional con un príncipe español a la cabeza” y La Serna contesta: “que no tiene capacidad de decisión en un asunto tan trascendente y
debe consultar a España”; mientras que la jerarquía militar realista creían
que la manera de defender los territorios de la monarquía era a través de la
guerra. El domingo 15 de julio de 1821, el alcalde de la Ciudad de los Reyes
recibe una misiva del General San Martín a efectos de que se debata si los vecinos
estaban a favor o no de la independencia del Perú. Luego se firma el acta de la
independencia en el libro del cabildo
No. 45, 1820-1824, histórico documento
que el Ministerio de Cultura acaba de declararlo Patrimonio Cultural de
la Nación.
En la otra rivera me
acompaña, ahora, el libro de Raúl Chanamé, “La
República Inconclusa”, 5ta. Edición, donde se lee: “La República fue el
sueño de los liberales peruanos de la Independencia; sin embargo, ella careció
de contenido al no contar con ciudadanos. Para ser ciudadano -en el concepto
decimonónico- se debía ser criollo; para ser elector, tener renta; para ser
sufragante, ser alfabeto. La República se inaugura con las primeras elecciones
para el Congreso Constituyente, en las que los votantes no llegaron al millar,
a pesar de que el Perú tenía más de un millón de habitantes. Los indios fueron
la tropa en las luchas por la independencia, no obstante, la flamante República no los emancipó del
tributo indígena, por el cual Túpac Amaru se había inmolado. Para los nativos,
la República fue una promesa fallida, e incluso más abusiva, pues mientras que
el virreinato centralizó la tributación, la República descentralizó a
discrecionalidad a los más abusivos caudillos militares… Lo cierto es que la
República había sido desleal con sus postulados de inclusión. Había
Constitución, pero no igualdad. Durante las dos primeras décadas, la República
sólo significó anarquía, desgobierno y exclusión…” (1).
La organización como Estado
demandó varios años para consolidar una administración pública de gobierno,
pues la organización de la época virreinal por cerca 300 años tenía mayor peso,
seguida de disputas entre caudillos, remanentes del ejército realista, por su
parte, la hacienda pública en crisis por los cambios de gobierno. El censo de
1828 sobre población resultó con 516, 693 habitantes. En la incipiente República
había los ministerios de Hacienda, Gobierno y Relaciones Exteriores,
Guerra y Marina, con un total de 36 empleados.
Asimismo, la Contaduría General de Contribuciones, la Casa de la Moneda,
la Caja de Administración, la Tesorería General, la Aduana, entre otras
entidades, por ejemplo, la Policía lo
integraban 300 hombres. En 300 años de colonia se extrajeron millones de
toneladas de oro y plata de las entrañas de los andes peruanos.
En la República, el Perú ha tenido 12 constituciones
políticas: 8 en el siglo XIX y 4 en el siglo XX, casi todas atropelladas y con “desfile militar” en palacio de gobierno.
España reconoce la independencia del
Perú recién en 1853 y en 1866 con el combate
del 2 de mayo, Callao, la escuadra
española se retiró definitivamente del océano pacífico, y se estima que nuestra
independencia costó 784 millones de
dólares en favor de España. La ambición de Chile generó la guerra 1879-1884. Parte
del siglo XX estuvo marcado por conflictos limítrofes y el conflicto interno contra
el Estado.
En el Centenario, 1921,
gobernaba Augusto B. Leguía y se llamó “La Patria Nueva”, 5 millones de
habitantes. Leguía en su discurso refirió de “un
voraz incendio premeditado para dañar a su persona, dejando en cenizas el
antiguo e histórico Palacio de Gobierno con riquezas artísticas dentro”. Se
levantaron monumentos, se embellecieron ciudades, plazas y calles; grandes y
fastuosas fiestas y se invitaron a 34 delegaciones extranjeras para el 28 de
julio.
Década de 1980-1990,
vuestra generación recuerda 2,000% de hiperinflación, las cuentas del BCCI de
A. García; el demoledor shock de A. Fujimori, pago a periodistas, magistrados,
generales, venta de empresas públicas y corrupción. Hay millonarias deudas por reparación civil, ojala
el presidente profesor Pedro Castillo,
exija el pago y devuelvan lo robado/saqueado. 30 años de liberalismo salvaje
con sentenciados y procesados: A. Fujimori, A. García, A. Toledo, O. Humala-Heredia, P. Kuczynski,
S. Villarán, L. Castañeda y K. Fujimori (candidata de la corrupción). El
coronavirus-19 ha desnudado las carencias y miserias de un Estado canalla: pésima
educación y salud pública; desnutrición infantil; Poder Judicial manchado por corrupción;
70% de informalidad; mientras el Contralor Nelson Shack informa (15-07-2021) que
Perú perdió 23, 297 millones de soles por corrupción e
inconductas y los perjuicios llegaron a S/. 22, 059 millones durante el año 2020. Todo aquello explica las
grandes desigualdades, polarización y nuevas actitudes de la ciudadanía.
La exclusión social ha
sido una constante en nuestro país desde la colonia, lo corrobora el acta de la
independencia, 1821, donde aparecen firmando vecinos notables, descendientes de
españoles y funcionarios, pero no debían
firmar los indios ni las mujeres. ¿Racismo/discriminación? Seguimos arrastrando
problemas sociales, la degradación del medio ambiente; el tema de los recursos
naturales ¿acaso no amerita una reforma constitucional? Somos un país con
muchas constituciones, pero con poca ciudadanía; ¿somos una república a
medias?, ¿una república con promesa incumplida?, ¿una república en
construcción? No hemos logrado en 200 años nacionalizar/democratizar el Estado. ¿Qué hijos le estamos dejando al
mundo? Queremos un Perú más real, más inclusivo; un tratamiento igualitario
ni menor ni superior. Un Estado-Nación
Pluricultural dado la diversidad. Una república de ciudadanas y ciudadanos. Finalmente,
en el año del Bicentenario, renovar nuestra vocación de servicio a la
comunidad.
(1) Raúl Chanamé Orbe. La República Inconclusa. 5ta. Edición, Lima 2021.