Singapur está compuesta por 54 islas unidas a tierra firme por dos puentes: ambos llevan a la ciudad de Johor Bahru, en Malasia. Su superficie es de 720 Km2, casi la misma extensión de los distritos que componen el Cono Este de Lima Metropolitana, y posee 5.6 millones de habitantes.
Esta república tiene apenas 54 años
de independencia. Ha pasado por situaciones económicas adversas: desempleo casi
total, deficiente infraestructura, déficit muy agudo de viviendas y una
educación de pésima calidad. Ahora es un país con niveles más altos de
desarrollo humano. De acuerdo con el Banco Mundial (BM), Singapur muestra un
ingreso nacional bruto de 54, 530 dólares per cápita (más de 4 veces superior
al de Perú). El Banco Mundial lo considera como uno de los entornos
regulatorios más amigables para los negocios del mundo y lo clasifica entre las
economías más competitivas del mundo… Este año (2019), la pequeña nación, una
de las más pequeñas del mundo, ha pasado
a ser el líder de la tabla, desplazando a EE.UU, supuestamente la
economía más poderosa del mundo…
Desde la década pasada, Singapur
siempre estuvo ubicada entre los diez primeros países. Pero no le fue fácil
alcanzar la posición, pues hasta la década de 1970 era una nación extremadamente pobre, dominada por
mandatarios despóticos y dictatoriales. Entonces, cuáles fueron las acciones
que constituyeron a Singapur como uno de las economías más poderosas del mundo.
Las primeras fueron sus inversiones en educación, salud e infraestructura. Sin embargo,
el gran salto lo dio cuando comenzó a constituir instituciones sólidas y a
trabajar para desterrar la corrupción.
Hoy, Singapur es el centro financiero de Asia, el lugar donde se
concentran bancos multilaterales, financieros
privados, abogados, contadores, ingenieros y otros servicios
profesionales. Y esto porque es un Estado
en el que se puede trabajar sin temor a la corrupción. Así lo muestra la
organización Transparencia Internacional, que lo coloca como el cuarto país
menos corrupto del mundo, apenas por debajo de Dinamarca, Nueva Zelanda y
Finlandia. El Perú ocupa el puesto número 105.
En consecuencia, para aspirar a ser un país desarrollado se debe invertir
en servicios de educación y salud, y también en infraestructura, pero
fundamentalmente en desterrar la corrupción.
Tomado de un artículo del Periodista
Ricardo Montero Reyes, publicado en El Peruano, edición 05-11-2019.
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