Huarochirí tiene dimensión universal en
ritos y tradiciones. El lingüista australiano Gerald Taylor del Centro Nacional de Investigación
Científica de Francia así lo reconoce. Siguiendo lo escrito por Alejandro Ortiz
R. tenemos: el pasado andino aun es nebuloso y desconocido. Sin embargo,
antropólogos y sociólogos siguen
dedicando años el estudio de la
mitología que explican un poco el origen de las cosas, explican también, el
origen de la riqueza como un resultado de la venta del alma al demonio. Hace
pocos años se realizó un evento internacional de Mitos Universales, Americanos
y Contemporáneos, donde precisamente se trato un tema bajo el siguiente título:
“La presencia de lo femenino en mitos y tradiciones de Huarochirí”. Psicólogos
han dicho que los mitos son acontecimientos que hace mucho tiempo sucedieron y
ejercen una enigmática atracción sobre la fantasía de los hombres en una edad
de oro. Hoy con toda autoridad se habla de una historia como mito, la
articulación del pasado mítico con el presente. Mitos individuales y
familiares, utopía de un nuevo mundo. Uno de los mitos es la evolución de
psiquiatrías en entrenamiento, todo esto en tiempos pretéritos y con dioses de
antaño. Nosotros podríamos preguntar:
¿qué es un mito para un profesor, para un historiador, para un locutor, para un
periodista, para un sociólogo, para un abogado o un médico?
Huarochirí en tiempos antiguos comprendía
los valles de Omas, Chilca, Lurín, Rímac y la parte baja del Chillón. Sobre
esta geografía de cultos y mitos de Huarochirí
poseían una clara unidad con una vida social y política homogénea de
ayllus. Hoy los andes huarochiranos están asociados a rituales ganaderos,
herranzas, estación de lluvias que vivifican los pastos, es decir, intima
relación de la naturaleza con el hombre del ande. Hay pues un colorido diálogo
con las fuerzas sobrenaturales, ahí están: Pariaqaqa, Condorcoto, Koriwanca,
Chancuya, Wuichuca, Islas de Pachacamac, Koriwanca destruye a Waykiula, etc. En
tiempos coloniales, el gran Paytiti, reino de la abundancia o la ciudad dorada
es un lugar mítico situado en alguna parte de la selva peruana. A ese lugar no
pueden llegar ni blancos, ni mistis. Para verles la cara del Inca del gran
Paytiti se exige: no saber ni jota del rezo, no haber pronunciado nunca ni una
sola palabra del castellano, no haber conversado nunca con un Misti. Otros
mitos son subversivos para salvarse de la destrucción de los pueblos andinos.
Esto ha originado en aquellos tiempos a reconciliarse con las divinidades
antiguas y la naturaleza. La coherencia y autonomía mítica de Huarochirí,
permitirán ir al encuentro de la identidad, mágico concepto que encierra una de
la más impresionantes preguntas que todo
peruano, andino o criollo se interroga: ¿quién soy yo?, ¿quién es ése otro
extraño?, qué es el Perú, mosaico o unidad?
Entonces amigas y amigos, cultura andina, en parte, significa ser fiel a la
verdad mítica, distinta de actos rituales. Para esta fidelidad y continuidad
cultural necesitamos mística, sí mística en todo quehacer humano, al difundir
ideas, historia, mitos, folklore y tradiciones de nuestros pueblos. Fuente:
Alejandro Ortiz R. HUAROCHIRI, 400 AÑOS
DESPUES. PUCP, Fondo Editorial, 1980.
Tomado de HUAROCHIRI: LECTURAS,
primera edición, Lima, junio 2011.
Foto: SERCOVP |
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