El servicio de transporte en el Perú es uno de los menos eficientes en la región, pese a los significativos esfuerzos por mejorarlos en los últimos años. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones afirma que hasta el 2022 se habían construido o rehabilitado más de 3, 000 kilómetros de carreteras. El número es pequeño, no obstante si se tiene en cuenta que el 83.2% de todas las vías terrestres en el país (146,010 kilómetros de un total de 175, 589) están sin pavimentar. La distancia salta a la vista. El cierre de las brechas en el sector Transportes impactará positivamente sobre la economía, entre otras razones porque generaría empleo adecuado, reduciría los accidentes, mejoraría las condiciones ambientales y permitiría a los ciudadanos tener una mejor calidad de vida al acceder a servicios básicos adecuados. El BID sostiene que la falta de infraestructura adecuada obliga a los habitantes de Latinoamérica y el Caribe a gastar por servicios básicos (agua, electricidad y transportes) montos superiores a los gastados en economías desarrolladas. Observamos que el Perú, después de Bolivia, es el país sudamericano con mayor inversión promedio respecto a su PBI en infraestructura, superando a Argentina y Brasil, naciones con mayor extensión territorial y más número de habitantes, de acuerdo con Infralatam, un proyecto del BID, la CAF y la Cepal que mide las inversiones en infraestructura en la región. Según esta entidad, el Gobierno peruano invirtió en infraestructura de transporte durante el 2019 el equivalente a un 2.10% del producto bruto interno (PBI). En el mismo periodo, la inversión de Argentina fue equivalente a un 0.60% de su PBI; Colombia, 1.40%, Ecuador, 0.50%, Brasil, 0.40%, y Chile, 2%. Entonces, los esfuerzos son significativos, pero insuficientes. Esto lleva a que el 28.8% de las empresas que operan en el Perú hayan definido al transporte como una de las grandes dificultades para alcanzar mejores resultados (2017), da cuenta el BID en el estudio De estructuras a servicios. El camino a una mejor infraestructura en América Latina y el Caribe. Aumentar la inversión pública es una de las acciones que deberá tomar el Gobierno para cerrar la brecha de infraestructura en el servicio de transporte, y, a la par, tendrá que generar las condiciones para atraer más inversión privada, en proyectos con altas tasas de rentabilidad social y en los que el sector privado pueda prestar servicios de mejor calidad y con mayor eficiencia. Necesitamos alrededor de 50,000 millones de dólares para cerrar las brechas en transportes, actividad que el año pasado contribuyó con el 5.2% del PBI nacional. Lamentablemente, pese a su relevancia para la economía peruana, su potencial se encuentra limitado por la ineficiencia en la gestión, la corrupción y la informalidad.Texto de un comentario del Periodista Ricardo Montero Reyes, publicado en Lima, 23-05-2023.
Se reproduce dicho texto en este medio, dado su importancia y ser tema de actualidad a propósito de la Nueva Carretera Central, NCC.
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