jueves, febrero 10, 2022

Desde mi ventana. LA MALDAD COMO INSTRUMENTO

Es muy doloroso percibir en las actitudes de algunas y algunos actores políticos, en sus comportamientos, como destilan el veneno de la maldad con absoluta indiferencia al daño y el dolor que causan. Actitudes perversas que envilecen a quienes se alimentan de ellas y degradan todo lo que les rodea. Sus mentiras son burla maligna no ya de la verdad, sino del sentido común. Ruindad que al tiempo que incita al odio desnuda en sus autores inmadurez y bajeza humana. Maquinar míseramente pensando en adquirir poder político sembrando odio, es ejercicio de maldad sin límites… Convertir la diferencia de visión política sobre el bien común entre conciudadanos en un relato de hostilidad, rencor, enfrentamiento despiadado, no es solo una infamia democrática, sino temeridad perversa al azuzar un odio inconveniente en una biografía cainita como la nuestra. Una actitud deletérea que retrata a sus autores. Estos días asistimos a comportamientos de quienes llamados a respetar las instituciones, las degradan y enlodan para servir sus turbios manejos. Poniendo en valor lo indefendible a sabiendas de carecer de argumentos con tal de implementar su campaña vocinglera contra el Parlamento y el Gobierno de España: pucherazo, prevaricación, acto anticonstitucional y una serie de ignominias más…Y todo sustentando en la futilidad del error de un Sr. Diputado, que quizás producto de un estado febril de su desconocido padecimiento que le retenía en el lecho del dolor, se equivoca con los botones tropecientas veces.

Sabiendo que la maldad no necesita razones, le basta con un pretexto, hace con malignidad su falso alegato Doña Cuca Gamarra. Acusa a sabiendas de que no es cierto, que había habido un fallo informático en el voto extravagante del Sr. Casero. Se aferra a la maldad y la mentira en tal forma, que esta distorsiona su rostro. Adultera la verdad con impudicia al afirmar que no dejaron entrar en sede parlamentaria al doliente Sr. Diputado…ocultando que donde no le dejan entrar es en el hemiciclo, por estar en votación. Terminada esta, por allí andaba, cierto es, mohíno y rubefacto. Fue impúdica maldad el desquiciamiento en su escaño del muñidor de voluntades venales Sr. Egea “Aceituno” cuando comprobó que su artera maniobra no le iba a dar el fruto obtenido por la Sra. Aguirre en el “tamayazo”, ni en el orquestado por el en la Comunidad de Murcia. Las palabras huecas y ponzoñosas del Sr. Casado (para su desgracia carece de otras) cuando clama entre ovejitas y remolachas, “pucherazo”, pone en solfa con infinita malevolencia la honorabilidad de la Soberanía Nacional sin aportar una solo prueba. Al tiempo gimotea que en León hay que beber vino porque no hay agua potable… Escuchando sus “razonamientos” pareciera ser una lamentable víctima de tal presunción. Afirmaba Sófocles hace unos cuantos siglos, “que solo el tiempo puede revelarnos al hombre justo; al perverso se le puede conocer en un solo día”… Cabría apostillar al poeta ateniense que llega para ello, una sola sesión parlamentaria. Observando con curiosidad a las señorías que se agrupan sin frontera ideológica definida a la derecha del hemiciclo, es fácil toparse con comportamientos manipulativos, frialdad emocional, y subordinación permanente de la ética y la moral a la estrategia de los más lesivos fines… Tanto da reventar un Pacto Social de indudable dimensión económica y social, como intentar dinamitar la llegada de los fondos europeos que sirvan para sortear la difícil situación derivada de la pandemia. Es suicida permitir que con ejercicio de la maldad y la infamia haya quienes labren su éxito en la fragua tenebrosa del odio, la mentira, el enfrentamiento, la inmoralidad y la avaricia. Y muy peligroso ignorar la recomendación de Virgilio. “No cedas frente a los malvados, sino oponte a ellos ardientemente”.  Escribe, Carlos Paico Joaquín. Desde España. 

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