Como bien sabemos los
peruanos, la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económicos, OCDE, fundado en el año 1961 y sede en
Paris, es un organismo internacional que lo integran 37 países, es decir,
países con gran desarrollo económico y que el Perú trata de sumarse a ellos, debiendo cumplir con ciertos estándares
para promover políticas públicas que mejoren el bienestar económico y social de
las personas, aumentar el nivel de vida
en los países miembros, contribuir con
la expansión económica y comercio internacional, recomendando y proponiendo
diversas regulaciones, etc.
Por ejemplo, las
economías OCDE destacan por tener índices elevados en sistemas educativos. En
CADE 2019, se ha dicho que el Perú se encuentra muy lejos de los indicadores
educativos de OCDE, lo que significa que hay mucho por hacer. Entonces se requiere una reforma educativa donde
se ponga atención en la formación de ciudadanos con valores. Al respecto
Gonzalo Galdos, en CADE 2019 ha sostenido que la “corrupción es el resultado de haber desatendido la formación ciudadana
y civil en los colegios”, para luego agregar: “que no puede haber una sociedad sostenible en el tiempo sin ciudadanos
activos que defiendan la libertad, la democracia y el bienestar de la
sociedad”. En la otra rivera, están temas tributarios que proponen regular y por nuestra parte conocer qué agenda vienen desde París, es decir, conocer de fuente directa y actualizada motivando nuestra visita por segunda vez.
En términos
entendibles, la OCDE ve con preocupación el
escenario de corrupción en Perú y consideran que carecemos de una formación ciudadana, de una
educación de calidad. Y, nosotros agregamos: con el nivel
pernicioso/negativo de congresistas en el actual Congreso de la
República, es difícil desarrollar una política pública en educación.
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