El
politólogo italiano Giovanni Sartori, sostiene que “el niño ensimismado con la
TV ya no lee; que la TV modifica radicalmente y empobrece el aparato
cognoscitivo del Homo Sapiens, y
luego de adulto solo responderá estímulos audiovisuales”. “… el acto de ver esta atrofiando la capacidad
de entender, que el hombre que lee está decayendo rápidamente y lo peor de todo
es que (en este mundo actual pareciera que) “ya no se necesita leer”. Un joven antes de terminar su adolescencia
habrá observado horas y horas de ‘telebasura’, entiéndase violencia, groserías, conflictos, banalidades. Luego se
transformará en un adulto empobrecido, que no lee, que no profundiza, sin mayor
capacidad de análisis, que responde a estímulos casi exclusivamente
audiovisuales. De esta forma, vemos cómo los medios de comunicación aportan a
la construcción (y destrucción) de los modos de ser, de modelos de
comportamientos individuales y colectivos. Así se van formando modelos pobres,
incultos y dependientes de las sensaciones (imágenes, sonidos) descuidando los
estímulos ligados al pensamiento (la razón y la lógica).
La
televisión actual son cada vez más
simplones, improvisados, baratos en calidad y sustancia, alejados de la
información científica y humanista, distanciados del lenguaje correcto y bien
empleado, de la facilidad con que a cualquier hijo (a) de vecino se le permita
salir y mostrarse en pantalla sin mérito alguno. Nunca como hoy cualquier
improvisado (a) individuo tiene opción de ser visto a lo largo del territorio
nacional pudiendo ser tomado en cuenta por los espectadores, sobre todo los
espectadores siempre más vulnerables, léase niños sin asesoría, adolescentes
extraviados y lentos cognitivamente, y adultos en su mayoría con un pensamiento
operacionalmente concreto para hablar en términos piagetianos.
Si la televisión peruana va a tener como protagonistas ya no
ha profesionales, entiéndase periodistas, comunicadores, además de señores
actores, sino actores por
autodenominación, vedettes, chicheritos, periodistas limitados o
contratados para hacer campañas,
entonces la situación mediática nacional es de pronóstico más que reservado. “Se
hace necesario mantener una actitud
atenta y crítica ante los contenidos en los programas de televisión
(también con la prensa escrita y radial e internet), pues no solo se trata de
ciertas novelas, películas o series groseras o violentas, sino también existen
ciertos ‘programas periodísticos’, ‘noticieros’, ‘programas de entretenimiento’
que contribuyen a la vacuidad, estupidización y bajura”.
Fuente: Parte de artículo de Manuel Arboccó, Psicólogo y Terapeuta.
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