Eduardo Febbro, periodista de Página 12 de Argentina, participó en la sede del Senado francés, de una reunión bicameral en la que se trató del tema de lo que podríamos llamar la estructura financiera real de la actualidad. Su informe es sumamente pedagógico y de él recogeré algunas ideas que me parece ineludible difundir. La novedad más chocante quizá no para todos, pero sí para una inmensa mayoría, es que la estructura financiera actual no solo permite saquear a los países pobres y subdesarrollados sino que también esquilma a las naciones ricas del planeta. Se trataría algo así como un súper poder contra el que, hasta el presente, no parece haber antídotos eficientes a pesar del inmenso daño que provocan. El periodista Febbro lo expresa de este modo: “El capitalismo financiero nos ofrece un exquisito momento de igualdad globalizada: no solo les roba a los pobres y a los emergentes sino, también, a través del fraude fiscal y la fuga de capitales, a los ricos”. Son muy bellas las palabras “exquisito momento de igualdad globalizada”, pena grande es que no se esté hablando, como tantos soñamos, de logros que mejoren la calidad de vida, los valores de una democracia real o el cuidado del planeta, sino de todo lo contrario. Pareciera que no nos perfeccionamos para vivir mejor, sino para robar mejor. No me referiré a ejemplos locales para no acaparar la publicación entera de este periódico. Algunos datos que fueron citados son, en cuanto a cifras, alucinantes. En Francia, por ejemplo, según lo recordó un renombrado economista, se calcula que la fuga de capitales asciende a 80 mil millones de euros. ¿Quiénes son responsables de tamaño latrocinio? Los bancos, pues. Los serios y honorables bancos que, además de su casa central y sus filiales al interior de su propio país, poseen miles de filiales en paraísos fiscales. Solamente la Sicieté Générale, banco donde tenía mi cuentita cuando vivía en Francia, posee 500 paradisiacos sitios para evadir impuestos o lavar dinero mal habido. Un ex empleado del banco HSBC llamado Hervé Falciani recordó que “en el seno de los bancos se desarrollan técnicas que, sin control, permiten todos los abusos”, tanto más cuanto que, siempre según Falciani, los bancos no solo ayudan a la evasión sino también al blanqueo de dinero y dio la lista de 4,000 clientes de nacionalidad argentina que operan en ese banco con cuentas no declaradas. Pero seamos justos y rindamos homenaje también a la extravagante y creativa picardía que utilizan esos bancos y muchos otros para ocultar los dineros de sus clientes. “Falciani, dice Febbro, relató a la bicameral que “las tecnologías de la información y los métodos informáticos están en el corazón de la trama: Detrás de las operaciones bancarias siempre hay un sistema informático”. Lo más dramático es que se considera prácticamente imposible establecer una estructura de controles que resulte eficiente y se ha llegado a la conclusión que “los comportamientos no éticos de los bancos se han vuelto una norma”. Podría concluir diciendo que estoy asombrado por tanta basura sembrada. Pero no, no solo no asoma una pizca de asombro en mí, sino que se refuerza mi convicción que la actual marcha de los sucesos mundiales, sea en lo financiero, en lo económico en lo ecológico o en lo político, conduce, en un carril de una sola vía, al más dramático de los abismos…
Fuente: Tomado de DIARIO UNO.pe. Edición 21 de junio del 2015.
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