En el automóvil, retornando, el padre preguntó a su hijo:
- Qué te pareció la experiencia?
- Buena, contestó el hijo con la mirada puesta a la distancia.
- Y… ¿qué aprendiste? – insistió el padre…
- Que nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro.
2. Nosotros tenemos un jacuzzi… y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay pececitos.
3. Que nosotros tenemos reflectores para alumbrar nuestro jardín,
mientras que ellos se alumbran con las estrellas y la luna.
4. Nuestro patio llega hasta la cerca y el de ellos llega al horizonte.
5. Que nosotros compramos nuestra comida… ellos, siembran y cosechan la de ellos.
6. Nosotros oímos CD’s… Ellos escuchan una perpetua sinfonía de golondrinas, ranas, ovejas, cuys y otros animalitos.
7. Nosotros cocinamos en hornos microondas… Ellos, todo lo que comen tienen ese sabor del fogón de leña.
8. Para protegernos nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas… Ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.
9. Nosotros vivimos conectados al Smartphone, Facebook, televisor… Ellos, en cambio, están “conectados” a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde monte, a los animales, a sus siembras, a su familia.
El padre quedó impactado por la profundidad de su hijo… y entonces el hijo termino:
Gracias papá, por haberme enseñado lo pobre que somos!!! Y lo rico que son ellos!!!! …
Ing. Carlos Paico Joaquín.
España, 20-11-2021.
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