sábado, abril 18, 2020

HISTORIA, BICENTENARIO, REFLEXIONES, VIII (Monto del rescate)

Francisco Pizarro sabiendo que el Inca Atahualpa, descansaba en Cajamarca va a su encuentro, un sábado 16 de noviembre de 1533, engañando al Inca de ser mensajero se paz y amistad, y aliado para defenderlo de sus enemigos; le prepara una emboscada, con alevosía,  ordenando  prisión del Inca y el degüello de su escolta y de sus nobles. Preso Atahualpa, ofreció un cuantioso rescate por su libertad, indicándole  al  conquistador español: el cuarto donde se encontraba preso lleno de oro, hasta donde alcanzare su mano, puesto de pie, y el cuarto vecino dos veces lleno de plata hasta la misma altura.
Entonces, el conquistador-invasor no tenía disculpas para negar la libertad del Inca; inventó una conspiración  contra los españoles, la calumnia  produjo efectos en algunos soldados que pidieron la muerte del Inca. Juzgado por jueces parciales negaron al Inca toda apelación, siendo sentenciado a la pena de muerte.
Muerto el Inca, los españoles se distribuyeron los tesoros del rescate, siendo el monto de  40,860 marcos de plata y 971, 125 pesos de oro, fuera del quinto que se dedujo antes para el Rey y unos 10,000 pesos que se asignaron para limosnas. A cada soldado de caballería le toco 384 marcos de plata y 9,909 pesos de oro; a los soldados de infantería, 181 marcos de plata y 4,540 pesos de oro.
Hay que advertir que el marco valía 15 soles de nuestra moneda y el peso de oro 40 soles, de modo que a cada soldado de caballería tocóle 402,120 soles de nuestra moneda.
Un escenario como el descrito, pone en evidencia las reglas malévolas de la corona de España contra  las reglas del  Tawantinsuyu: Ama Sua; Ama Quella; Ama Llulla.
Cuzco. Restos del Palacio del Inca Manco-Capac.
Fuente: El Perú  en el primer centenario de su independencia. Fundación, Luis Enrique Tord. Société  de Publicité Sud-Américaine Monte Domecq’ & Cie. Ltd.

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