La Convención de los Derechos del NIÑO nos dice: en toda
medida concerniente al niño y adolescente que adopten las entidades públicas, instituciones, así
como la sociedad es obligatorio
considerar el PRINCIPIO DEL INTERES SUPERIOR
DEL NIÑO Y ADOLESCENTE y por ende respetando sus derechos. La Constitución
Política del Estado establece derechos de los niños. Además, existen códigos,
leyes especiales, decretos supremos,
resoluciones, directivas, circulares, etc., etc., todos a tono con la burocracia del sistema educativo
en los tres niveles de gobierno.
Por eso indigna que muchos
congresistas y traficantes de la política ignorando tal principio dejan de lado
la atención prioritaria de nuestra niñez y la educación. Mientras el liberalismo nos tiene
entretenido en el consumo y los llamados políticos nos hablan de democracia; en verdad esta es una democracia
vacía, sin contenido.
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