Mientras comía sus manos temblaban
constantemente y no levantaba la cabeza de su comida. Cuando terminamos, se
despidió de mí sin apenas mirarme, le día la mano y se marchó. El soldado me
comentó: Madiva, ese hombre debía estar
muy enfermo, ya que sus manos no paraban de temblar mientras comía. ¡No, en
absoluto! la razón de su temblor es otra. Me
miraron extrañados y les conté:
Ese hombre era el guardián
de la cárcel donde yo estuve encerrado.
A menudo, después de las torturas a las que me sometían, yo gritaba y lloraba
pidiendo un poco de agua y él venía me humillaba, se reía de mí y en vez de
darme agua, se orinaba en mi cabeza. Él no estaba enfermo, lo que estaba era
asustado y temblaba quizás esperando que yo, ahora que soy Presidente de
Sudáfrica, lo mandase a encarcelar y le hiciese lo mismo que él me hizo,
torturarlo y humillarlo. Pero yo no soy así, esa conducta no forma parte de mi
carácter, ni de mi ética. Las mentes que buscan venganza destruyen los estados,
mientras que las que buscan la reconciliación construyen naciones”. Nelson Mandela.
Ing. CARLOS PAICO JOAQUIN (colaborador)
España, 16 de noviembre
del 2021.